martes, 26 de agosto de 2014

La plantación...


 
Ya conocemos las características de nuestro terreno y ya tenemos las plantas…El diseño que hemos vislumbrado tantas veces casi parece tangible. No nos faltan herramientas, ni ganas de trabajar…

MANOS A LA OBRA…Pala en mano, limpiaremos la zona donde haremos el hoyo de plantación. El hoyo debe tener por lo menos dos veces el  ancho del pan de tierra o de las raíces del árbol. La profundidad será acorde al tipo de suelo, pero nunca menor a una vez y media la altura del pan de tierra o del sistema radicular. Concluido el hoyo, clavamos el tutor firmemente en el suelo. El tutor sirve para mantener el árbol erguido. Retiramos la envoltura o envase del terrón. Colocamos la planta en el hoyo, la mejor tierra se coloca alrededor de las raíces. Se asienta pisando firmemente alrededor del pan. Se hace la palangana para que reciba el agua necesaria: asentará el suelo y ayudará a que las raíces se hidraten inmediatamente.



 
 
Tutores…

Si el tutor es de sauce verde o álamo, conviene pelar su corteza para que no brote y compita con la planta principal Si fuese de eucalipto o de madera seca es conveniente pintar su parte inferior con pintura asfáltica.

Los tutores deben ser lo suficientemente gruesos como para soportar el peso de la planta y su altura debe acompañar todo el tronco de los árboles. El tutor se ata al extremo superior y en el medio del tronco. Es aconsejable utilizar alambre galvanizado cubierto por manguera cristal, para evitar daños en la corteza. Si utilizamos riendas, porque la zona es muy ventosa, clavaremos por lo menos tres estacas.

Riego de asentamiento.

Después de la plantación se hará el riego de asentamiento, muy abundante, repitiéndolo hasta que la olla quede con suficiente agua. Al día siguiente se repasarán los tutores y las riendas ya que el agua produce un descenso de la tierra. Si es necesario agregaremos más tierra. Bajo ningún concepto debe moverse la planta con el suelo embarrado, ya que podemos perder parte del pan de tierra y ocasionar daño a las raíces.

Acondicionamiento previo.
Las plantas que no se acomodan de inmediato deben almacenarse bajo techo o grandes árboles, dónde se las pueda regar cómodamente y al resguardo de los vientos, fríos o calores fuertes. Las especies que permanezcan en depósito más de una semana, tendrán que ser desatadas para que sus hojas reciban luz y no fermenten. Tanto si están en pan de tierra o raíz desnuda deberán alinearse en zanjas para permitir un riego adecuado y la conservación de un correcto nivel de humedad. Es importante regar las plantas abundantemente el día anterior a ubicarlas definitivamente en el terreno, ya que hidratar un pan seco una vez plantado no siempre se logra de manera eficiente
 

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