martes, 26 de agosto de 2014

Como en aquellos viejos tiempos...



La vigencia de las planas del pasado…

 
Las modas suelen ser muy variables y las plantas no escapan a su dictado. Y así como algunas especies de vanguardia se venden apenas llegan a los viveros, otras son consideradas antiguas, y ni siquiera son cultivadas para la venta.
En tiempos de nuestras abuelas, las plantas elegidas eran de formas fuertes y gruesas texturas, algunas con pinches, rústicas y de casi nulo mantenimiento ya que, al estar destinadas a patios o jardines sombríos, apenas necesitaban sol.
Se elegían más por sus hojas, que por sus flores o frutos. Las macetas que las albergaban tenían pies, de formas  diversas y estaban pintadas generalmente de color blancas, rojas y otras dejadas en su original color piedra.
Las más representativas, aquellas que nos llevan al patio de nuestras abuelas.

Muchas de estas plantas volvieron, otras no tanto, pero todavía puede verse cómo, en algunos barrios, ellas siguen formando parte del paisaje, y no podemos dudar de que en esta casa, seguramente, viva alguna abuela.

 
Lazo de amor: (Chlorophytum comosum “vittatum”) Es una herbácea de origen africano. Rizomatosa, acaule y estolonífera, posee muchas raíces engrosadas blanquecinas. Sus hojas lineares, miden casi 35cm de largo, reunidas en rosetas, y con bandas anchas de color blanco. Son sensibles al frío, se adaptan mejor a la media sombra. Prosperan en cualquier tipo de suelo, se multiplican por división, por acodos de estolones.



Aloe arborescens: El aloe es de origen sudafricano. Es una planta de tallo bien desarrollado, erguido, bien ramificado. Sus hojas son lanceolada,  acuminadas, de más de 50cm, carnosas y con dientes  espinosos en los márgenes y de color verde azulado. Sus flores  son apretados racimos erectos de  color rojo anaranjado que aparecen en invierno. Es una planta muy resistente a la falta de agua. Se multiplica por gajos. Se la utiliza en caso de quemaduras para aliviar el dolor.



Filodendro: (monstera deliciosa) Planta originaria de América Central, herbácea trepadora perenne con largas raíces adventicias. Sus hojas, largamente pecioladas, elípticas, perforadas, pueden superar los 60cm de largo. Debe estar protegida del frío y las heladas, prefiere la media sombra, es una planta  muy resistente.



Lengua de suegra: (sanseviera thyrsiflora) Especie rizomatosa  de origen sudafricano. Sus hojas arrosetadas, planas, carnosas, de color verde oscuros con bandas blanquecinas o amarillas de hasta un metro de altura. Sensible al frío. Prefiere el sol no directo. Se multiplica por división de matas, por hijuelos, o trozos de hojas
 
 

Cyca revoluta: Esta planta posee un tronco simple, grueso, leñoso, cubierto por las cicatrices de las hojas. Llega a medir entre 1  y 2 de altura. Sus hojas rígidas y pinadas de un verde oscuro y brillante. Prefiere la media sombra y se adapta muy bien al sol. No tolera las bajas temperaturas. Suele confundirse con una palmera. Los floristas suelen sarlas para confeccionar palmas.


Tradescantia: (Setcreasea purpura) originaria de México, es una planta rastrera, rizomatosa y hojas lanceoladas cubiertas por pelos, de un color púrpura intenso, siempre y cuando la planta esté a pleno sol. Sus flores rosadas presentan tres pétalos. Toleran la sequía. Se multiplican por gajos. Trozos de rizomas o división
 
 

Anémonas: Herbácea de hojas persistentes, que llega a medir un metro de altura. Sus hojas largamente pecioladas, bien divididas de color verde oscuro. Los tallos florales son muy ramificados y las flores erguidas de color rosado-lila o blanco, se ven en otoño. Las varas  florales deben cortarse cuando termine la floración. Se multiplica por división de matas. Se las solía ver en los jardines de los frentes de las casas.


Otras: Dracenas,  Agave americana, Yucca, Cascaditas, Hojas de salón, Charoles, Malvones, Helechos, hortensias.

Aquellos tiempos también eran de los perfumes, como el jazmín del país y las madreselvas. Otro aroma tan inquieto en nuestro olfato es olor insípido de los malvones, y el inolvidable aroma de los azahares. A diferencia de otros sentidos, el del olfato se registra directamente, con intensidad y pureza e imprime los recuerdos con nitidez. De ahí su poder evocador de lugares y situaciones. Pronto no estarán nuestras abuelas; quién nos hablará de azahares.

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